Turismo Rural
Hoces del Cabriel


Esta Reserva Natural se extiende al sur de la presa de Contreras, unos 12 km. a lo largo del río Cabriel en su margen derecho, afectando a los términos municipales de Iniesta y Minglanilla, y constituyendo la Reserva Natural más amplia de las existentes en la provincia de Cuenca. Las aguas del río Cabriel, principal afluente del Júcar, serpentean sirviendo de frontera natural entre las provincias de Cuenca, Valencia y Albacete.

Las inmediaciones de la Reserva se caracterizan por ser una zona sin grandes relieves, que contrasta una vez que se entra en ella con las impresionantes formas labradas por los procesos erosivos en Los Cuchillos de Contreras, Las Hoces del Cabriel y el Valle de Fonseca.

Los materiales que aparecen en las Hoces y los Cuchillos son los mismos, pero tienen una disposición estructural totalmente diferente, por lo que los agentes erosivos (agua, viento) han generado a partir de ellos dos tipos de relieve muy distintos: mientras que las Hoces se caracterizan por los escarpes y farallones rocosos de hasta 100 metros de desnivel, los Cuchillos se distinguen por su morfología puntiaguda. El conjunto geomorfológico que forman las Hoces, los Cuchillos y las cárcavas del valle de Fonseca tiene un valor excepcional.

La comunidad faunística de la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel destaca por su diversidad debido a la variedad de hábitats que contiene. La abundancia de afloramientos rocosos ha permitido el asentamiento de varias especies de aves rupícolas donde encuentra refugio el águila perdicera,el águila real o el halcón peregrino.Pero sin lugar a duda, la especie mejor adaptada a este difícil ecosistema es la cabra montés, que actualmente cuenta con buenas poblaciones en la zona. Ligada al sistema fluvial destaca la presencia de la nutria, especie para la que el río Cabriel constituye el único hábitat disponible en esta parte de la Manchuela Conquense.

La vegetación de la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel es la combinación de tres tipos de hábitats: bosque mediterráneo, vegetación rupícola y vegetación de ribera. El bosque mediterráneo se encuentra en buen estado de conservación dado que las fuertes pendientes y la pedregosidad de la zona han impedido la realización de usos agrícolas e incluso ganaderos. Este hábitat de carácter termófilo se caracteriza por la presencia de un matorral compuesto por coscoja, espino negro, madroño, jazmín silvestre, lentisco o cornicabra, y en las zonas más húmedas y umbrosas se puede encontrar boj o espantalobos. En las crestas rocosas, donde el viento es frecuente y la capacidad de retención del agua y la humedad resulta escasa, aparece la vegetación rupícola, un tipo de vegetación adaptada a este tipo de condiciones como Globularia repens o las formaciones de sabina mora. Otro bosque a destacar del conjunto se establece en los márgenes del río Cabriel, donde se instalan álamos blancos, tarayales y saucedas acompañados de juncales, carrizales y los denominados cañaverales (Arundo donax), que forman densos “muros” que llegan a hacer impenetrable el río.

Enoturismo


Vinos de la Manchuela


En este espacio privilegiado del sureste español, diversas civilizaciones han marcado la personalidad del lugar con acontecimientos y vivencias donde la cultura del vino ha creado un preciado patrimonio desde hace más de 2.400 años. Este valioso activo se ha transmitido generacionalmente, creando un arraigo ancestral en una tierra que influye directamente en un excelso vino.

Enmarcada entre los valles de los emblemáticos ríos Júcar y Cabriel, en nuestra tierra confluyen las características perfectas para la viña. Nuestro territorio abarca un total de 70 términos municipales, que pertenecen a las provincias de Albacete y Cuenca, en la idílica comarca natural de La Manchuela.

El cultivo de nuestras variedades se realiza en viñedos ubicados a una altitud de entre 600 y 1.100 metros sobre el nivel del mar. Largas horas de sol, escasez de humedad y una singular fusión continental y mediterránea favorecen el carácter ecológico del vino gracias a nuestro viento solano, que refresca las noches de verano.

Todo el encanto y el saber hacer de la tradición de cientos de años se combina a la perfección con avanzadas técnicas de elaboración y control de calidad de nuestro singular vino. Los tradicionales métodos de cultivo de las bodegas pertenecientes a la Denominación de Origen Manchuela, con unas moderadas producciones, originan el escenario ideal para garantizar una incisiva personalidad y calidad de nuestro vino.

Nuestra variedad autóctona por excelencia. De tamaño mediano, con grano esférico y grosor medio-grande, posee un color azul oscuro. Da origen a un vino de intenso color cereza oscuro, con ribete granate-violáceo, de buena carga tánica y moderada acidez. Es muy interesante para la elaboración de un inconfundible rosado, muy afrutado y de sabor fresco.